lunes, 8 de junio de 2009

Hoy, confieso que soy algo obsesiva , quiero compartir una poesía que me conmovió. Hoy, no hablo de política

No soy muy afecta a las metáforas, pero esto es tan tierno y tan dulce que lo quiero compartir. Mi prima, profesora de Literatura, me ayudó a descubrirla y después , yo, con mis pobres conocimientos ,hice "mi" interpretación.

Es la historia de un ser utópico .

Será que me vi identificada?...
En otra entrada daré mi pobre interpretación de esta bella poesía.


Balada del boludo - Isidoro Blaisten

Por mirar el otoño
perdía el tren del verano.
Usaba el corazón en la corbata.
Se subía a una nube,
cuando todos bajaban.

Su madre le decía:
No mires las estrellas para abajo,
no mires la lluvia desde arriba.
No camines las calles con la cara,
no ensucies la camisa;
no lleves tu corazón bajo la lluvia, que se moja.
No des la espalda al llanto,
no vayas vestido de ventana,
no compres ningún tílburi en desuso.

Mirá tu primo el recto
que duerme por las noches.
Mirá tu primo el justo
que almuerza y se sonríe.
Mirá tu primo el probo
puso un banco en el cielo.
Tu cuñado el astuto
que ahora alquila la lluvia.
Tu otro primo el sagaz
que es gerente en la luna.

—Tienes razón, mamá —dijo el boludo
y se bebió una rosa.
—No seré más boludo—
y se bajó del viento.
—Seré astuto y zahorí—
y dio vuelta una estrella para abajo
y se metió en el subte
y quedaron las gaviotas.

Entonces vinieron los parientes ricos
y le dijeron:
—Eres pobre, pero ningún boludo.
Y el boludo fue ningún boludo
y quemaba en las plazas
las hojas que molestan en otoño.
Y llegó fin de mes.
Cobró su primer sueldo
y se compró cinco minutos de boludo.

Entonces vinieron las fuerzas vivas
y le dijeron:
—Has vuelto a ser boludo, boludo.
—Seguirás siendo el mismo boludo de siempre.
—Debes dejar de ser boludo, boludo.

Y medio boludo,
con esos cinco minutos de boludo,
dudaba entre ser ningún boludo
o seguir siendo boludo para siempre.
Dudaba como un boludo.
Y subió las escaleras para abajo,
hizo un hoyo en la tierra
miraba las estrellas.
La gente le pisaba la cabeza,
le gritaba boludo.
Y él seguía mirando
a través de los zapatos
como un boludo.

Entonces vino un alegre y le dijo:
—Boludo alegre.
Vino un pobre y le dijo:
—Pobre boludo.
Vino un triste y le dijo:
—Triste boludo.
Vino un pastor protestante y le dijo:
—Reverendo boludo.
Vino un cura católico y le dijo:
—Sacrosanto boludo.
Vino un rabino judío y le dijo:
—Judío boludo.
Vino su madre y le dijo:
—Hijo, no seas boludo.
Vino una mujer de ojos azules y le dijo:
—Te quiero.

A continuación cito un párrafo del discurso de Blaisten, al ser nombrado miembro de la Sociedad Argentina de Letras en el año 2004.

"y proteger y resguardar las utopías.

Utopía. Curiosa palabra que ahora es “emblemática” y “paradigmática”. La moderna solemnidad hace que la palabra utopía, que siempre es vana, reemplace a la esperanza, que nunca es vana.

Lamentablemente, no es improbable que en un futuro la gente termine hablando así:

- ¿Y, doctor? ¿Cómo salió la operación? ¿Hay utopías?

- ¡Señora! Mientras hay vida hay utopías."

y cuando se refería a la sencillez en la Literatura:

"Un milagro literario

Con el Martín Fierro José Hernández logra uno de los ejemplos más altos de ruptura con lo solemne. Esta ruptura implica un arduo trabajo; en el último canto, Hernández explica cómo se hace:

Mas Dios ha de permitir

Que esto llegue a mejorar,

Pero se ha de recordar

Para hacer bien el trabajo

Que el fuego, pa calentar,

Debe ir siempre por abajo.

Yo creo que ese “ir siempre por abajo” alude a la difícil sencillez que late en la esencia de toda creación y nada tiene que ver con lo vulgar."

Susi


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